La educación se considera hoy como un bien tanto de consumo como de inversión, aunque en realidad hasta 1950 se la valoró sólo como un bien de consumo, como algo que se da para la mejora personal del individuo.
La historia ha sido testigo del enfrentamiento de 2 posturas por imponerse, sería la contraposición entre la escuela Tradicional y la escuela Nueva.
Nosotros vamos a describir la escuela Tradicional, donde la importancia está en los educadores y en aquello que se da al pasivo educando. Acentuándose la función del educador en detrimento de la actividad del educando. En éste marco se acuñó el lema: “La letra con sangre entra”, reflejándose, con esta expresión, que la mano dura era la mejor forma de hacer aprender las cosas a los niños.